viernes, septiembre 20, 2002

Viví una situación de más desagradable.

Existieron dos factores:

1.- Incumplimiento
2.- Falta de tolerancia.

No sé cuál es peor, pero las dos llevaron a una situación sumamente difícil.

AFORTUNADAMENTE, Dios nos mando un ángel que "casualmente" (y me refiero a que sí fué casualidad) iba pasando por ahí. No pudo pasar mejor persona para ayudar a arreglar la situación. Hace tiempo que no creo en la religión, pero definitivamente no puedo negar la existencia de un Dios y, a veces, como esta, estoy seguro de que algo tuvo que ver. Alguien realmente justo para que todo saliera de la mejor manera posible.

La experiencia me dice que no hay que esperar diez tropezones para levantar las patas; con una o dos me bastan (creo). Pero a veces no es sólo mi culpa; también, por fortuna, el segundo factor tuvo con la carga de responsabilidad.
Aprendí varias cosas:
1.- Debo meterme en la cabeza de que el hecho de que yo tenga cierto conocimiento, no significa que todos ya lo saben, por más obvio que sea; también, si alguien me enseña algo hay que hacerle ver lo mismo.
2.- Debo manejar mi temperamento. (pero es que EN SERIO, cuando me ponen el pié varias veces... chingao, tengo un límite [perdón por lo de límite]). No es que sea explosivo, NETA QUE NO, pero qué es lo que quieren al ponerme el pié varias veces... Otra vez, no siempre es culpa mía.

AFORTUNADAMENTE todo terminó más que bien; terminó muy bien. Sólo nos queda el aprendizaje y, LA NETA, no me arrepiento de que haya pasado, si lo provoqué o me provocaron y le doy gracias al segundo factor...

Se le llama EXPERIENCIA...

JC

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