¡Qué tal jóvenes blogueros! A pesar de no estar asistiendo a clases toda esta semana, no he dejado
el vicio de entrar a este sitio y encontrarnos en un espacio virtual, tratar de saber como están a través
de lo que se puede leer en el blog es todo un ejercicio de comunicación (los extraño un chorro); y si
que es un vicio, quién se iba a imaginar hace cuatro semestres que yo participaría de un ejercicio de
esta naturaleza, que yo la anti tecnología, la pasada de moda, la que no sabía ni prender una computadora
buscaría casí todos los días un mensaje nuevo, una señal de que están vivos, en fin, algo que me mantenga
en contacto con ustedes... Así es la vida, y ante las circunstancias no queda otra que apechugar...

Gracias a todos los que se han preocupado por mi, agradezco las porras y tomaré en cuenta sus
consejos; cuando tengan nietos les puden platicar que cuando eran jóvenes aconsejaban a una persona
mucho mayor que ustedes... No estoy deprimida, ok? sólo muuuuuuuuy cansada.

Disfruten mucho sus vacaciones, hagan todo lo que no han podido hacer por ser estudiantes
cumplidos que nunca faltan a clases, ¿verdad Chavita?, pero por favor no dejen que este lugar se quede
sin palabras, se extrañan las de la Maris, al Presi también (ajonjolí de todos los moles), las cápsulas
de sabiduría de Efrén, los maduros comentarios del señor Vitor (que integre a su esposa al blog), la
chispa de José Luis, las sorprendentes declaraciones de Elizarraraz, etc, etc.

Recuerden, aquello que no se nombra no existe... existamos, nombrémonos y produzcamos palabras
de todos tipos en esta semana; palabras vanas, sabias,
superfluas, ingratas, gratas, amables, amorosas, desdeñosas y lo que se les ocurra

Los quiero mucho, he aprendido a quererlos en este tiempo; hasta al Alcalde lo quiero (que tolerante me he vuelto),
hasta pronto... Luzma