jueves, octubre 03, 2002


VisitAndo los sitios que el Rafa sugiere, me encontré con estos poemas que cuando los leí la primera vez me hicieron llorar, la segunda ocasión también y en lo personal me llegan mucho. No creo lo que dice el Rafa, que no checan y no leen los sitios recomendados, pero por si las dudas les posteo algunos. Los quiere Luzma. Bye.

Una mujer vaga por la orilla del ojo del desierto,
otra danza entre las dunas de la noche,
otra llora de frío sobre sus huesos,
otra canta una canción de pájaro y silencio,
otra se estremece a la primera puñalada,
otra llora a lágrima suelta su destino,
otra se bebe la última sombra de la vida,
otra corre sobre el escozor de la agonía,
otra mujer muere sobre los años terribles que vivimos.

(Canción para consolar a una madre):
Escucha el rumor del viento
es la espera que termina
el calor del mediodía
tu hija vendrá a decirte que hay un dios justo
y una vida más allá de la vida que nos duele.
Vendrá en el minuto del silencio
a la hora cercana ya de todo:
puerta de tus sueños
florecilla blanca
sonrisa tejida en el suspiro y el descanso.
Vendrá para nacer contigo en las horas
y el recuerdo que en ti sigue y crece con los días:
voz de niña descubriendo el misterio de la vida voz
[que canta una canción que nace de la fuente oscura del olvido.
Hoy vendrá su mirada,
para decirte que el dolor fue culpa ajena,
regalo inesperado, sombra en el camino hacia la muerte.
No llores más, escucha del silencio lo que fue su risa y alegría,
y si crees en jardines y reencuentros
en dioses buenos y ángeles con espadas justicieras
ella estará esperando tu sonrisa,
con su mejor vestido, sus buenos días,
la verás en el instante perdurable,
a la hora final de esta terrible pesadilla.
Escucha del rumor del viento su voz,
es la espera que termina.
Nuestras muertas
hablan por la boca de los días.
Son ahora la ciudad avasallada
este río de almas a la mar que esperan
[y no esperan nada;
sólo calles habitadas por espejos,
muebles, algún viaje, una esperanza.
Nuestras muertas piden tanto
y no piden más que la imposible vida cotidiana.
Son pobres en la muerte,
anónimas en la noche de los odios,


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