martes, diciembre 07, 2004

DEL UABCooL PARA EL MUNDO...

Tijuana: La city narrable

por Rafael Saavedra
TIJUANA MAKES ME HAPPY



“El adjetivo bueno se utiliza / para calificar a las personas /

y cosas que en principio me disgustan./

El adjetivo malo se utiliza / para calificar a las personas /

y cosas que en principio a mí me gustan”.

(José María Fonollosa en el libro Ciudad del hombre: Nueva York)

“Yo siempre he dicho que Tijuana es el centro del universo”.

(Luis Humberto Crosthwaite en la presentación de su libro Instrucciones para cruzar la frontera)

“Tijuana no es Tijuana”.

(Fiamma Montezemolo)



I LOVE TIJUANA

La city es un virus, un meme que circula sin restricciones, alterando de cierta forma una realidad cada vez más deslocalizada. Tijuana está en cualquier sitio. Allá y aquí, pixeleada en el inconsciente colectivo del new global dream. Primera advertencia: Don’t be fooled por el mito y la leyenda (ni Sin City ni el lugar más feliz en la Tierra). Atrás quedó aquel rompe y rasga que vive perpetuado a través de movies para adolescentes tardíos o ese espejismo para cretinos llamado american way of life, Tijuana es algo mucho más que lo repetido por aquellos que, cargando sus prejuicios, vienen a intentar descifrarla. Basta ver de reojo esas imágenes reciclables -la enorme mujer desnuda, los parques industriales, la línea fronteriza, la calle principal- para entender que son una ínfima parte de un simulacro menor sobre una realidad carismática en pleno reacomodo.

Romantizar la frontera no sirve de nada (lo sentimos, ya nada es como antes). Hay quien se decide a vivirla con todas sus dinámicas, procesos y problemáticas. Otros no, y se la pasan inventando maneras para sobrevivirla. Unos y otros están ahí, recorriendo el mismo espacio urbano aunque en mundos casi paralelos. Por eso, si lo que vivimos son, como dice una de las nuevas teorías de la física, múltiples ahoras que corren simultáneos, esto es algo de lo que podemos encontrar: la Tijuana que aún cree en los milagros de Juan Soldado y que no conoce el culture jamming de la historia de Santa Olguita (la niña violada y asesinada en 1938 que reclama la atención popular en su reciente conversión a estampita milagrosa); la Tijuana como eterna ruta de escape, como sitio sin ley; la Tijuana de las invasiones a terrenos de la periferia y los violentos desalojos posteriores; la Tijuana hospitalaria de las canciones de Ricardo Ceratto; la Tijuana trastornada a punta de la última droga de diseño; la Tijuana en la que los bachilleres sin futuro esperan after school al camioncito que los llevará directo al turno vespertino en la maquiladora; la Tijuana considerada una nueva meca cultural; la Tijuana conservadora, que no sabe cómo lidiar con el concepto de alteridad; la Tijuana de la avenida Revolución, recibiendo sin emoción al contingente de jar heads con los ojos desorbitados y un tanto patrióticos que pelean por la atención de ninfetas de grandes pechos y traseros de acero; la Tijuana de la impunidad y la corrupción en todos los niveles; la Tijuana que ¡otra vez! sale en red nacional; la Tijuana electrónica y avant indie pop; la Tijuana que no se conoce y la que se esconde cuando vienen a intentar descubrirla en un fin de semana; la Tijuana que se ríe porque sabe que, al final, todo/nada es cierto. Tijuana fisionada, no fusionada.

Tijuana no se queda quieta, se mueve, se está moviendo, por eso tan difícil asirla y por eso es tan fácil ponerle etiquetas post García Canclini que convergen en una misma escena, resquebrajando una moral pasatista que condena lo que no comprende y dando, de manera furtiva, un anticipo in real time de lo que viene. Por eso, tratar de definir lo que siempre está mutando es, además de inoperante, algo pretencioso. You choose: Tijuana como rollercoaster en caída libre o el ubertrip de tu vida. O ambas cosas a la vez. No big deal, really.

I love TJ, entre mil razones, por su feeling cristalizado y ese dejo faribolesco que recorre sus calles, por ser creativa ante la precariedad y sostenerse a pesar de vivir en tremendo abandono, por su carácter multifacético, policromático y metatemático, por sus noches de marcha y sus evidentes contradicciones sociales, por su tremendo descaro y su evidente ingenuidad ante lo extranjero, por trascender una leyenda negra que sólo traen a cuento quienes usufructúan con ella, por ser algo más que eso, por que aquí está mi hogar y una gran red de cómplices, porque sí y porque qué más da lo que (mal)...

me lo encontre en Nexos(ULOGIO)

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